SINOPSIS

El 22 de agosto de 2013, Edu Cots y Carles Humet llegaban a las puertas del Honda Collection Hall de Motegi (Japón) sobre dos Impala 2. Habían completado una ruta de más de 20.000 km desde Barcelona, atravesando Europa y Asia. Su Desafío Impala cruzaba la tercera meta y con ello cumplían un sueño, no solo el de ellos dos, sino también el de todos los amantes de las motos y la aventura que vivieron esta historia como propia. 

CON IMPALA LLEGARÁ narra las tres expediciones que Carles Humet y Edu Cots llevaron a cabo sobre una moto de los 80 (con base mecánica de los 60), cargados con maletas y recambios, y sin coche de apoyo la mayor parte del trayecto. Una aventura al más puro estilo clásico, marcada por la camaradería, que llevó a dos locos aventureros por cuatro continentes a lomos de la Impala: «la moto collonuda», tal y como la definió un día su diseñador, el inolvidable Leopoldo Milà. 

La primera Montesa Impala había sido diseñada en 1961, un año después tres prototipos de la moto y cinco aventureros recorrían África para ponerla a prueba, en la que se conoció como Operación Impala. El éxito de la hazaña y su repercusión terminó por demostrar que, tal y como rezaba su eslogan, con Impala se podía llegar a cualquier sitio, convirtiéndola —desde entonces hasta la actualidad— en un icono. Una moto robusta, sencilla y para todo uso, una pequeña y versátil todoterreno fácil de mantener, que produce una sensación inigualable por el sonido de su motor y el olor de la mezcla de gasolina y aceite, y que convierte en especial todo lo que la rodea.

Edu Cots (Sabadell, 1960) ha sido cinco veces Campeón de España de motociclismo en diferentes modalidades, durante los años 80 formó equipo con Carles Humet (Barcelona, 1954), apasionado de los viajes en moto, experto piloto y propietario ahora de una granja ecológica. Edu es un soñador de retos imposibles que, a base de tenacidad, suele convertir en realidad; Carles, el mejor compañero para la aventura.

«En mis comienzos formé parte del equipo RACC Impala 125, así que estuve encantado de saber que la Impala sigue en plena forma»

MARC MÁRQUEZ

«Una moto que nada tiene que ver con las demás por la magia, el carisma y la personalidad que desprende cuando uno se pone a sus mandos. Para mí, la Impala ha sido y será siempre una moto realmente excepcional que ha marcado y seguirá marcando mi vida, por mucho que pase el tiempo»

CARMELO EZPELETA. Director Ejecutivo de Dorna Sports, empresa encargada de la organización del Campeonato del Mundo de MotoGP y Superbike

«Me hubiese gustado subirme a la Impala, pero no solo para dar unas vueltas, sino para acompañaros en este viaje»

DANI PEDROSA

«La moto collonuda», después de leer CON IMPALA LLEGARÁ he entendido perfectamente la sencillez y contundencia de este mensaje»

MARC SERRUYA. Presidente (2010-2020) y Director General (1999-2020) de Honda Iberia

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«Espero que disfrutéis de la lectura y que a través de estas páginas os sintáis transportados a un viaje que para la mayoría de moteros, y aún más impaleros, supone un sueño difícilmente alcanzable»

XAVI ARENAS. Presidente Moto Club Impala

El DESAFÍO IMPALA se conforma por tres viajes narrados en el libro CON IMPALA LLEGARÁ. Un primero por las carreteras de MARRUECOS junto a Ignacio Guardia, Toni Moltó, Juanma Juesas y Dani Peñalva (en el coche de apoyo). Un segundo desafío «Al encuentro del Dakar» junto a Ignacio Guardia y Sergio Torres (en el coche de apoyo) y que transcurrió por CHILE. Y finalmente BARCELONA-TOKIO que enfrentaron únicamente Edu y Carles, sin coche de apoyo pero con la inestimable ayuda de las gentes de los pueblos y ciudades que atravesaron; y, a través de la Red, del Moto Club Impala y los amigos de las marcas y talleres que habían contribuido a poner en pie este proyecto. Marc Márquez y Dani Pedrosa se sumaron entusiasmados a su promoción.

WANDERLUST

«Viajar es la mejor manera de formarte como persona, pero para aprender tienes que contactar con la gente y esto es mucho más fácil si llegas con un pequeño y desconocido vehículo cargado hasta los topes». Carles Humet

Este libro y a estos dos experimentados pilotos y aventureros nos los trajo Alicia Sornosa, inmediatamente caímos enamorados de la Impala —a la que no conocíamos—, y acto seguido de Edu y Carles en cuanto tuvimos oportunidad de conocerlos. Este es un libro para amantes de las motos, obviamente, pero también lo es para cualquiera que tenga la curiosidad de saber qué se siente sobre una moto cuando el horizonte no llega a distinguirse.

FICHA TÉCNICA

#Wanderlust

238 páginas. Rústica

Formato: 14 x 21 cm

ISBN  978-84-120507-5-2

Julio 2020

PVP 22 €

Diari de Sabadell, por Manel Camps. Cuatro continentes y 26.000 kilómetros

L´Actual.cat, por Albert San Andrés. Las aventuras de Cots y Humet, en libro. «Siempre hemos dicho que esto ha sido una gran gamberrada, la que nos hubiera gustado hacer a todos».

Hagamos un poco de historia… LA IMPALA, UNA MOTO MUY ESPECIAL

La IMPALA servía para llevar al agricultor al campo, para salir a pasear, para atravesar África, para competir en campeonatos de velocidad y para ganar las 24 horas de Montjuïc. Todo en base al sencillo monocilíndrico de 2 tiempos y un superestable bastidor.

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En 1944 Pere Permanyer, joven empresario barcelonés dedicado a la fabricación de gasógenos, se asocia con Francisco X. Bultó y acuerdan fabricar motocicletas. La marca Montesa iniciaba en 1945 su periplo industrial como fabricante en serie de motocicletas. El primer modelo en incorporar fue la A-45.

El origen de la marca Montesa toma su nombre de la Orden de Caballería fundada por el rey Jaime II de Aragón, asociando los nuevos jinetes motorizados a los por aquel entonces jinetes medievales. El primer escudo Montesa adopta la forma de un sello de lacre mostrando una «M» medieval.

En 1950 Montesa ya cosecha sus primeros éxitos con la A-45 y las diferentes versiones del modelo Brío. E inicia una prolífica política comercial participando en numerosas competiciones, en 1955 alcanza las posiciones 2º, 3º y 4º de la categoría 125 cc en el Tourist Trophy de la Isla de Man. Montesa alcanza proyección internacional y se convierte en la primera marca española que participa en un Salón europeo de automóviles, el Salón Internacional de Ginebra en 1953.

La implantación en 1958 del Plan de Estabilización Nacional obliga a una reestructuración empresarial para minimizar gastos, comienzan las desavenencias entre Pere Permanyer, focalizado en los procesos industriales y a favor de limitar los gastos estructurales, y Francisco X. Bultó, convencido de la necesidad de proyectar la marca en competición. Bultó abandona Montesa junto al equipo técnico de competición y crea su propia marca de motocicletas, en 1959 se presenta el primer modelo de la recién creada Bultaco. Y como en toda buena historia… ambas marcas protagonizan una intensa rivalidad comercial y deportiva, a la que también se sumó Ossa.

Permanyer sitúa entonces al mando del departamento técnico de Montesa a Leopoldo Milà, que comienza a definir una nueva moto en base a sus propias ideas y filosofía. Milà tenía en la cabeza un prototipo de 175 cc, un diseño novedoso de moto de 2 tiempos, moderna, robusta y de línea sencilla y elegante que superara los 100 km/h. Nace así la IMPALA a finales de 1961. La forma del depósito, tan característica e imitada luego por otras marcas, vino determinada por aspectos económicos, pues aquella forma abarataba el proceso de fabricación. El tubo de escape, que emite un sonido tan característico, fue diseñado por un alemán llamado Goerges, fabricante de lanchas de velocidad, que por aquellas fechas colaboraba con Montesa. La fiabilidad de la nueva moto debía ser su punto fuerte, y el banco de pruebas elegido no podía ser más exigente: un recorrido de tres meses y 20.000 km por las peores carreteras y pistas imaginables, las de África.

En 1962 tres prototipos de la Impala, junto a un Land Rover como coche de apoyo, y cinco aventureros: Oriol Regàs de Montesa —el ideólogo de tal hazaña—, junto a los experimentados pilotos Juan «Tey» Elizalde, Rafael Marsans y Enric Vernis; a los que se unió el escritor Manuel Maristany, encargado de narrar el viaje y de la fotos, comenzaban la que se dio en llamar OPERACIÓN IMPALA. Del 15 de enero al 16 de abril, los cinco atravesaron el continente africano desde Ciudad del Cabo a Túnez. La Operación resultó un auténtico éxito, tanto porque las motos demostraron una gran resistencia mecánica, como porque la aventura fue seguida masivamente. La nueva Montesa, que finalmente tomó el nombre de la Operación, gozó de gran popularidad —lo que impulsó su fabricación en serie—. La Impala se convertiría en una de las motos más famosas de la década de los 60. «Con Impala llegará» fue su eslogan, y después de la Operación Impala todo el mundo sabía que era cierto. El nombre de Montesa y el nuevo modelo Impala fueron desde entonces ligados al concepto de AVENTURA y RESISTENCIA.

Comenzaba la historia de una moto muy muy especial que llega hasta nuestros días convertida en icono.

Aquel año de 1962 la Impala obtuvo el premio Delta de Oro al Mejor Diseño Industrial. Los argumentos que la hicieron merecedora fueron, según el jurado, «su belleza estética, el racional uso de los materiales y su conseguida solución utilitaria», virtudes que la convertían en «el vehículo de mejor diseño y concepción».

En esta época comienza el boom del turismo y se liberalizan las entradas de capital extranjero. El sector de la automoción está en auge. Renault y Citroën inician la producción en España y el Seat 600 se convierte en el vehículo más popular. Ante el éxito de la Impala, Montesa requiere de una expansión industrial y pone en marcha una nueva fábrica en Esplugues del Llobregat (Barcelona). La fuerte rivalidad con Bultaco y Ossa se intensifica provocando un continuo lanzamiento de modelos por parte de cada una de las marcas. La Impala era un modelo versátil y pronto su base se adaptó para todo tipo de modalidades deportivas: velocidad, resistencia, rallys y motocross. Montesa vuelve a la competición y comienza a cosechar éxitos. La marca llegó a conseguir dos victorias absolutas en las 24 Horas de Montjuïc. 1963 con los hermanos Enrique y Jordi Sirera a bordo de una IMPALA SPORT 250 cc, obteniendo además el récord de tiempo en completar la prueba. Y 1966, con Josep Maria Busquets y el italiano Francesco Vila, que superaron la barrera de los 100 km/h de media y establecieron un nuevo récord en 102.047 Km/h. La COTA 247 de trial fue probablemente la moto de competición más famosa de Montesa.

La década de los 70 representa una época brillante para Montesa, aparte de la producción de ciclomotores, la actividad se centra en el continuo desarrollo de modelos de campo que muy pronto gozarían de gran prestigio nacional e internacional. En esta época se lanzan al mercado más de 65 modelos, sin embargo, la necesidad de mejorar los niveles de competitividad frente a la creciente competencia internacional —encabezada por los fabricantes japoneses— provoca la descentralización de los centros productivos de Montesa con el objetivo de conseguir mayor eficacia y flexibilidad.

Los 80 acarrean tiempos difíciles, una profunda crisis económica se cierne sobre la industria de la motocicleta. En 1983 cierra Bultaco, poco después de que lo hiciera Ossa. Pero esta época es también la del nacimiento de la IMPALA 2 —la protagonista de CON IMPALA LLEGARÁ—. Para salvar la situación financiera, ese mismo año 83, Montesa consigue cerrar un acuerdo con la marca japonesa Honda. El resultado fue que en 1986 se funda la sociedad Montesa Honda, una potente alianza que permitirá seguir fabricando y desarrollando modelos de alta calidad y fiabilidad. Pere Permanyer fallecería en marzo del 87.

Es en estos años también cuando Edu Cots y Carles Humet forman equipo y disputan competiciones, alcanzando Edu cinco Campeonatos de España en distintas categorías.

Pero volvamos a 1982… Leopoldo Milà anda diseñando la IMPALA 2, una nueva moto de carretera con muy pocas variaciones sobre la Impala original, cuya producción había cesado casi 10 años antes, y que se comienza a comercializar en 1983 —ya con Honda formando parte de la fábrica—. Milà había comprado una vieja Impala por 15.000 pesetas con la intención de reconstruirla para uso personal, entonces encontró por la fábrica un motor original completamente nuevo y algunas piezas más, así diseñó la Impala 2 y convenció a la dirección de la empresa de que era todavía una moto válida. Las principales innovaciones fueron llantas integrales, encendido electrónico y depósito de fibra. Fue la única versión de la gama con cilindrada de 125 cc. Es esta historia dentro de la historia de Montesa a la que Carles Humet y Edu Cots homenajean en su expedición Barcelona - Tokio, al estilo de la mítica Operación Impala: un viaje en Impala 2, cargados con las maletas, recambios y herramientas, sin coche de apoyo, para unir simbólicamente las dos ciudades fabricantes de Montesa y Honda en el año del 30 aniversario de su unión y también en el del nacimiento de la Impala 2.

Las últimas unidades de la Impala 2 salieron de la fábrica de Montesa en junio de 1989.

A finales de la década de 1980 el motociclismo se populariza gracias a los títulos mundiales conseguidos por Jorge Martínez «Aspar», Àlex Crivillé y Sito Pons. Con la tecnología Honda, los modelos de trial de Montesa evolucionan año tras año y la marca se dedica ya en exclusiva a su producción. En 1996 Marc Colomer se proclama Campeón del Mundo de Trial con una prototipo del modelo Cota 315. Los españoles siguen ganando títulos mundiales y el motociclismo cuenta con un amplio número de aficionados en nuestro país.

Con el nuevo siglo XXI, los buenos resultados comerciales, la reputada calidad de fabricación de Montesa Honda S.A. y los planes de continuar la producción de modelos de gran cilindrada —principalmente para el mercado de exportación—, impulsan a cambiar la vieja fábrica de Esplugues por las modernas instalaciones de Santa Perpètua de Mogoda, donde se llega a fabricar el modelo de mayor cilindrada producido en España: la Honda XL1000 Varadero. Los modelos de trial se suceden hasta la aparición en 2006 de la revolucionaria Cota 4RT, con la que Montesa prolonga su hegemonía como máxima potencia internacional de trial y obtiene diversos títulos mundiales. Para el año 2020, la gama ha experimentado cambios importantes, siendo su modelo estrella la Cota 301RR, que deriva de la campeona del mundo de TR2 de 2018 y 2019.

Lejos de pasar de moda, la MONTESA IMPALA se ha convertido en un objeto de culto y es una de las motocicletas clásicas catalanas más preciadas por los aficionados. Es imposible resistirse, y así nos ha ocurrido en Bandaàparte, al característico chasquido de su motor, al depósito redondeado en rojo, el asiento de guitarra —que se conservó igual en todas las versiones posteriores de la Impala. Cuando le preguntaron a Milà sobre el porqué de mantenerlo, dijo: «Durante estos años han cambiado muchas cosas, pero que yo sepa, el culo de la gente sigue siendo el mismo»— y, en definitiva, a la formidable honestidad del diseño de Leopoldo Milà.

Actualmente hay unas 2.500 Impala en circulación. Algunas impecablemente restauradas, otras luciendo orgullosas la pátina que dejan décadas de servicios prestados. Su supervivencia es gracias a que alrededor de este modelo se ha creado toda una red de talleres especializados, restauradores y asociaciones de usuarios, entre ellas, el Moto Club Impala, que cuenta con más de 300 socios activos y realiza anualmente la Impalada.

Fuentes: Moto Club Impala y Montesa Honda